La Motivación:
Teoría y Praxis
Expresado técnicamente, por motivación se entiende “la compleja integración de procesos
psíquicos que efectúa la regulación inductora del comportamiento, pues
determina la dirección (hacia el objeto-meta buscado o el objeto evitado), la
intensidad y el sentido (de aproximación o evitación) del comportamiento. La
motivación despierta, inicia, mantiene, fortalece o debilita la intensidad del
comportamiento y pone fin al mismo, una vez lograda la meta que el sujeto
persigue”.
Gracias a esta definición, podemos observar que la
motivación actúa como un catalizador del comportamiento humano. Pero esta
motivación resulta más eficiente en función de la personalidad del individuo.
Es decir, que según el carácter de la persona, mejores resultados pueden
obtenerse gracias a esa motivación. Pero esta afirmación no debe llevarnos a
equívocos: motivación y personalidad están muy relacionadas, pero son dos
cuestiones independientes.
Una faceta de la personalidad que nos interesa
especialmente es el interés por aprender. La motivación resulta muy importante
a la hora de obtener conocimientos. Por ello, se han elaborado múltiples
teorías motivacionales relacionadas con la educación. La década de 1950 fue un
periodo floreciente en el desarrollo de los conceptos de la motivación. Una de
las teorías más sólidas que surgió fue la siguiente:
- Teoría de la jerarquía de las necesidades (Maslow): el autor indicó cinco niveles de necesidades y los clasificó por orden de importancia. En la base de la pirámide se encuentran las necesidades básicas o primarias, y en la cúspide las de orden psicológico o secundarias. En el nivel más inferior están las necesidades fisiológicas, luego las necesidades de seguridad, a continuación las necesidades sociales o de pertenencia), las necesidades de estatus y prestigio (o de estima), y, por último, las necesidades de autorrealización. En esta jerarquización de necesidades, las personas deben satisfacer parcialmente una necesidad de orden inferior antes de experimentar la siguiente.
En el ámbito educativo han surgido con posterioridad
algunas teorías contemporáneas, divididas en diversos enfoques:
·
Teoría
de las tres necesidades: se refiere a aquello que necesitan o requieren las
personas para llevar vidas gratificantes. En ese caso, la motivación hacia cada
una de esas necesidades es diferente, y es más intensa cuanto mayor o más importante
es la necesidad.
·
Teoría
de la equidad: es una teoría de la motivación que subraya el papel que
desempeñan las ideas de la persona respecto a la equidad o justicia de las
recompensas y castigos para determinar su desempeño y satisfacción.
·
Teoría
de las expectativas: menciona que las personas eligen cómo comportarse, de
entre varias conductas alternativas, con base en sus expectativas de lo que
obtendrán de cada conducta.
·
Teoría
del reforzamiento: en ella la motivación se basa en la ley del efecto. Es
decir, la idea de que la conducta que tiene consecuencias positivas suele ser
repetida, mientras que la conducta que tiene consecuencias negativas tiene a no
realizarse de nuevo.
·
Teoría
de fijación de metas: teoría de la motivación de un proceso que se concentra en
establecer metas. Las metas ayudan a aumentar el rendimiento.
Una vez hemos abordado teóricamente el concepto de
motivación, indicando cada uno de sus enfoques educativos, llega el momento de analizar
los efectos que tiene la motivación en el aprendizaje. Como punto de partida,
debemos tener muy claro que para que se dé un aprendizaje significativo el
estudiante debe estar motivado.
A priori, alcanzar esta meta puede parecer
imposible. Sin embargo, el profesor tiene en su poder los instrumentos para
conseguirlo. En primer lugar, el docente debe mostrar interés y motivación.
Resulta imposible motivar al alumno si el profesor no logra manifestar él mismo
esa motivación. En ocasiones, los estudiantes actúan por imitación a lo que
están viendo, y son más proclives a interesarse en la asignatura si su profesor
es capaz de mostrar (y de transmitir) su motivación. Algunas pautas a seguir
podrían ser:
·
Tratar
temas de interés, activando así la curiosidad.
· Conocer
al alumno y saber en qué campos presenta mayores capacidades. Una vez hecho
esto, intentar relacionar el aprendizaje con esas habilidades del estudiante.
·
Reconocer
y celebrar el éxito.
·
Fomentar
la creatividad.
·
Promover
la cooperación y la colaboración.
·
Establecer
objetivos y metas a corto plazo.
·
Evitar
el castigo pero utilizar refuerzos positivos y negativos adecuadamente cuando
sea necesario.
·
Mostrar
la relevancia de los contenidos para la vida real.
En conclusión, vemos que la motivación es un
concepto tremendamente amplio y complejo. No obstante, debemos conocerlo
perfectamente dado que su aplicación en la enseñanza es clave.
No hay comentarios:
Publicar un comentario