lunes, 2 de diciembre de 2013

La Motivación: Teoría y Praxis


La Motivación: Teoría y Praxis

Expresado técnicamente, por motivación se entiende “la compleja integración de procesos psíquicos que efectúa la regulación inductora del comportamiento, pues determina la dirección (hacia el objeto-meta buscado o el objeto evitado), la intensidad y el sentido (de aproximación o evitación) del comportamiento. La motivación despierta, inicia, mantiene, fortalece o debilita la intensidad del comportamiento y pone fin al mismo, una vez lograda la meta que el sujeto persigue”.
Gracias a esta definición, podemos observar que la motivación actúa como un catalizador del comportamiento humano. Pero esta motivación resulta más eficiente en función de la personalidad del individuo. Es decir, que según el carácter de la persona, mejores resultados pueden obtenerse gracias a esa motivación. Pero esta afirmación no debe llevarnos a equívocos: motivación y personalidad están muy relacionadas, pero son dos cuestiones independientes.
Una faceta de la personalidad que nos interesa especialmente es el interés por aprender. La motivación resulta muy importante a la hora de obtener conocimientos. Por ello, se han elaborado múltiples teorías motivacionales relacionadas con la educación. La década de 1950 fue un periodo floreciente en el desarrollo de los conceptos de la motivación. Una de las teorías más sólidas que surgió fue la siguiente:
  •  Teoría de la jerarquía de las necesidades (Maslow): el autor indicó cinco niveles de necesidades y los clasificó por orden de importancia. En la base de la pirámide se encuentran las necesidades básicas o primarias, y en la cúspide las de orden psicológico o secundarias. En el nivel más inferior están las necesidades fisiológicas, luego las necesidades de seguridad, a continuación las necesidades sociales o de pertenencia), las necesidades de estatus y prestigio (o de estima), y, por último, las necesidades de autorrealización. En esta jerarquización de necesidades, las personas deben satisfacer parcialmente una necesidad de orden inferior antes de experimentar la siguiente.





En el ámbito educativo han surgido con posterioridad algunas teorías contemporáneas, divididas en diversos enfoques:
·         Teoría de las tres necesidades: se refiere a aquello que necesitan o requieren las personas para llevar vidas gratificantes. En ese caso, la motivación hacia cada una de esas necesidades es diferente, y es más intensa cuanto mayor o más importante es la necesidad.
·         Teoría de la equidad: es una teoría de la motivación que subraya el papel que desempeñan las ideas de la persona respecto a la equidad o justicia de las recompensas y castigos para determinar su desempeño y satisfacción.
·         Teoría de las expectativas: menciona que las personas eligen cómo comportarse, de entre varias conductas alternativas, con base en sus expectativas de lo que obtendrán de cada conducta.
·         Teoría del reforzamiento: en ella la motivación se basa en la ley del efecto. Es decir, la idea de que la conducta que tiene consecuencias positivas suele ser repetida, mientras que la conducta que tiene consecuencias negativas tiene a no realizarse de nuevo.
·         Teoría de fijación de metas: teoría de la motivación de un proceso que se concentra en establecer metas. Las metas ayudan a aumentar el rendimiento.

Una vez hemos abordado teóricamente el concepto de motivación, indicando cada uno de sus enfoques educativos, llega el momento de analizar los efectos que tiene la motivación en el aprendizaje. Como punto de partida, debemos tener muy claro que para que se dé un aprendizaje significativo el estudiante debe estar motivado.
A priori, alcanzar esta meta puede parecer imposible. Sin embargo, el profesor tiene en su poder los instrumentos para conseguirlo. En primer lugar, el docente debe mostrar interés y motivación. Resulta imposible motivar al alumno si el profesor no logra manifestar él mismo esa motivación. En ocasiones, los estudiantes actúan por imitación a lo que están viendo, y son más proclives a interesarse en la asignatura si su profesor es capaz de mostrar (y de transmitir) su motivación. Algunas pautas a seguir podrían ser:

·         Tratar temas de interés, activando así la curiosidad.
·     Conocer al alumno y saber en qué campos presenta mayores capacidades. Una vez hecho esto, intentar relacionar el aprendizaje con esas habilidades del estudiante.
·         Reconocer y celebrar el éxito.
·         Fomentar la creatividad.
·         Promover la cooperación y la colaboración.
·         Establecer objetivos y metas a corto plazo.
·         Evitar el castigo pero utilizar refuerzos positivos y negativos adecuadamente cuando sea necesario.

·         Mostrar la relevancia de los contenidos para la vida real.


En conclusión, vemos que la motivación es un concepto tremendamente amplio y complejo. No obstante, debemos conocerlo perfectamente dado que su aplicación en la enseñanza es clave.






No hay comentarios:

Publicar un comentario