Aprender supone adquirir conocimiento para entender el medio natural y social que
nos rodea y para actuar eficazmente
en ese medio. Por tanto, existirá un conocimiento
declarativo, en el que lo fundamental es saber por qué se produce algo (es
decir, entender) y un conocimiento procedimental, en el que
la clave está en saber hacer algo (es decir, actuar).
Conocimiento
declarativo
1. Comprensión
Cuando hablamos de conocimiento declarativo
nos referimos a ideas y relaciones entre ideas que se pueden expresar o
declarar verbalmente.
Este tipo de conocimiento está muy ligado al
entendimiento, el cual se produce en varias operaciones: formar las ideas que hay en las distintas frases, entender la relación entre esas frases viendo la
lógica que las une y formas macroideas.
1.1. Formar ideas.
A igualdad de complejidad de los conceptos
incluidos en una idea, cuantas menos ideas contiene, más fácil resulta
comprenderla porque hay menos unidades que procesar en la MO (Memoria
Operativa). Cuando las frases son compuestas, formar esa idea es más
complicado.
Conforme vamos leyendo, vamos formando ideas.
A la vez, se van activando conocimientos almacenados en nuestra MLP (Memoria a
Largo Plazo).
1.2. Relacionar frases.
Conforme vamos leyendo hay que ir
relacionando frases. A las operaciones consistentes en establecer relaciones
entre ideas las llamamos inferencias. Éstas
deben ser desarrolladas por el profesor, pues es muy difícil que el alumno haga
inferencias por su cuenta de manera espontánea.
1.3. Formas
macroideas.
Consiste en llegar a una serie de ideas que
sintetizan la información. Esto requiere un esfuerzo consciente durante la
lectura por ir sintetizando información en torno a información esencial que contribuye
a organizar todo el texto y constituye una clave de recuperación del resto de
la información.
En resumen, el
nivel de comprensión que obtiene un aprendiz depende de los tres procesos
anteriores (formar ideas, relacionar ideas y formar macroideas).
2. Dinámica y
resultado de la comprensión.
Conforme vamos leyendo, la información
almacenada en la MLP y relacionada con las ideas de la lectura se va activando
dependiendo de la fuerza de conexión entre las ideas que vamos leyendo y
almacenadas en MLP. Igualmente vamos relacionando unas ideas con otras, para lo
cual también activamos nuevas ideas almacenadas y hacemos inferencias. Se trata
de un proceso dinámico que tiene lugar en la Memoria Operativa y se realiza en ciclos de procesamiento. En el primer
ciclo procesamos la primera fase (es decir, comprendemos. Para ello, seguimos
las fases que hemos mencionado anteriormente: formar ideas, relacionar frases y
crear macroideas). En el segundo ciclo hacemos otro tanto y así sucesivamente.
Conforme vamos leyendo la representación
mental va cambiando. Nuevas ideas se añaden a las que teníamos en nuestra
MLP y surgen, a su vez, nuevas
conexiones entre ideas. El resultado son
tres tipos de ideas:
-
Las que estaban en el texto y hemos sido capaces de memorizar.
-
Las que estaban en nuestra MLP y han sido activadas a consecuencia de
la lectura.
-
Las que ni estaban en nuestra MLP ni en el texto y que se producen a
raíz de combinar ideas. Esto da lugar a inferencias.
Así, en la representación mental final
podemos distinguir un nivel textual y otro nivel más allá del texto. Este
segundo nivel es lo que en psicología de la comprensión se llama modelo de la situación, mientras que el
nivel textual se llama base del texto.
3. Comprender y
aprender.
La diferencia entre ambos conceptos es muy
simple: cuando leemos un texto o escuchamos una lección por primera vez,
comprendemos. Cuando releemos, comprendemos más y mejor (aprendemos). De esto
se deduce que cuantas más veces se procesan las ideas, mejor se almacenan en nuestra
MLP. Es decir, la repetición de
información aumenta la fuerza de conexión entre ideas en la MLP.
Para mejorar el procesamiento de esta
información hay una serie de actividades:
-
hacerse preguntas y buscar respuestas a ellas
-
subrayar las ideas principales
-
hacer esquemas
-
autoexplicaciones -> Son las actividades de aprendizaje más
eficaces porque uno tiene que codificar el mensaje con sus propias palabras y
así descubre si lo ha entendido o no. Además, lleva al estudiante a alcanzar
una información que va más allá del texto.
En resumen, hace falta un sistema de
enseñanza (profesor,…) que plantee actividades de aprendizaje y, además, que
éstas estén bien orientadas.
4. Memorizar y
almacenar contenidos declarativos.
Hay otros conocimientos declarativos que sólo
hay que memorizar y almacenar en la MLP. Son conocimientos relativos a datos,
nombres, fechas, acontecimientos, etc. Son conocimientos que no requieren
comprensión, sino simple memorización. Para memorizar estos datos hay una serie
de pautas:
-
A mayor número de repeticiones mejor memorización.
-
Distribuir los ensayos de memorización a lo largo de un periodo de
tiempo considerable y repartiendo bien los esfuerzos
-
Practicar frecuentemente.
-
Dar significado a la información. Cuanto más significado podemos
atribuir a aquello que aprendemos, mejor lo memorizamos. Un ejemplo sería los
trucos mnemotécnicos. Por ejemplo, formar una imagen visual para recordar
nombres ayuda a recordar.
Para almacenar
bien en la MLP no basta con comprender, sino también repetir para ayudar a
memorizar.
Conocimiento
procedimental
Este conocimiento se refiere a saber hacer
cosas, pues cuando hacemos algo aplicamos un procedimiento para alcanzar esa
meta. Algunas veces ese procedimiento se hace casi inconscientemente, pues lo
tenemos automatizado. Otras veces debemos aplicar procedimientos estratégicos, que son imposibles de hacer sin
prestar atención.
Tanto en los procedimientos automatizados
como en los estratégicos hay que seguir una serie de pasos, representados en reglas de producción. Éstas se dividen
en dos partes: en la primera se especifica la meta y en la segunda se
específica el procedimiento para conseguirla.
Debemos preguntarnos cómo aprendemos
conocimiento procedimental en situaciones de enseñanza. Distinguimos entre
habilidades susceptibles de un alto grado de automatización y las que demandan
un alto grado de conciencia. Las primeras requieren pocos recursos cognitivos,
son simples y se ejecutan siempre de la misma manera. Las segundas son
habilidades complejas y no se ejecutan siempre de la misma manera (son
habilidades estratégicas). Demandan un alto nivel de recursos cognitivos.
Las habilidades se logran en varias fases.
Hay una fase declarativa en la que
se entiende y memoriza un concepto. Después, estas habilidades se adquieren realmente
en una fase denominada fase de
procedimentación (o procedimental), en la que ya no es necesario recuperar
la información conscientemente, sino que se aplica el procedimiento casi
instintivamente. Tras ello hay una fase
de fortalecimiento, donde la
velocidad de actuación es mayor y hay más automatización al poner en práctica
esas habilidades.
De todos modos,
hay que puntualizar un aspecto. Según la complejidad de la habilidad que
queramos adquirir, estas fases requerirán mayores esfuerzos y, en ocasiones, no
se llegará nunca a una automatización plena.
Integración del
conocimiento declarativo y procedimental
Ambos conocimientos están muy relacionados:
aprender un procedimiento pasa por entender y memorizar el procedimiento en forma
declarativa.
Sin embargo, su
relación más destacada es cuando se trata de aprender y practicar habilidades
complejas. En ellas el conocimiento procedimental sirve para incrementar el
conocimiento declarativo. Además, esta relación también se da a la inversa. Es
decir, el conocimiento declarativo permite mejorar las habilidades
(conocimiento procedimental).
Autorregulación
del aprendizaje
“Cuando uno quiere aprender algo, se fija una
meta de dónde quiere llegar en ese aprendizaje teniendo en cuenta su nivel
actual en ese campo. Conforme va aprendiendo, uno va reduciendo la distancia
entre su meta y su nivel actual, es decir, lo que quería aprender y lo que va
consiguiendo, lo cual le permite decidir si debe seguir aprendiendo, si debe
optar por alguna medida correctora o si ya puede parar porque ha alcanzado su
meta. En resumen, el aprendiz va autorregulando de forma natural su proceso de
aprendizaje”. Esta afirmación es falsa, pues la autorregulación del aprendizaje
no es tan transparente a la conciencia. Por lo general, los estudiantes
sobreestiman lo que han aprendido.
De esto se extraen unas conclusiones:
-
Primero, la conciencia de haber aprendido es engañosa, pues se
sobrevalora lo que se ha aprendido.
-
Segundo, la ilusión de haber comprendido y aprendido nos conduce a no
autorregular adecuadamente nuestro proceso de aprendizaje.
-
Tercero, hay variables que hacen que nuestra ilusión de haber
comprendido y aprendido sea mayor o menor.
Evaluación de los aprendizajes
Hay tres tipos de evaluación:
1)
Evaluación de los conocimientos previos. Esta evaluación ayuda al
profesor a determinar el punto de partida de los aprendices y saber en qué
conocimientos tiene que hacer hincapié.
2)
Evaluación para ayudar al aprendizaje. Es evaluación formativa y sirve
para ayudar al aprendizaje de los alumnos. Con esta evaluación el profesor sabe
lo que los alumnos están aprendiendo.
3)
Evaluación del rendimiento final. Se hace para comprobar si los
alumnos han alcanzado un nivel de competencia determinado.
Los resultados de
la evaluación siempre tienen un cierto grado de imprecisión, es decir, siempre
son una estimación del logro alcanzado por el estudiante tras el proceso de
aprendizaje.
En la evaluación se coordinan tres elementos:
- análisis cognitivo de aprendizajes -> ayudará no sólo a guiar el
proceso de aprendizaje en la enseñanza, sino a orientar al profesor en qué
aspectos evaluar y cómo hacerlo.
- observación o recogida de datos
o evidencias -> Requiere idear tareas, de diversas dificultades.
-
interpretación de esas observaciones en función del análisis
cognitivo
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